Sabes desde el día que en mis oídos comentasteis, que la pequeña de los ojos brillantes, interpretará a capela el Ave María, esta melodía ha de rondar en mi cerebro, ha traspasado en el tiempo de mi existencia terrenal, no olvido tus palabras, ni la emoción que te embarga al recordar. Hoy me encuentro con esta interpretación, en una de las voces que estremeció mi alma en un tiempo olvidado.
Tu imagen y su imagen se hacen presente, vienen a mi mente, como si observara un viejo álbum, con sus bellos rostros, de aquellos pasados días, se que estoy lejos de vuestro alcance, pero no estoy triste porque las llevo conmigo en el living de mi corazón, yo les oigo reír, mientras se sirven el chocolate que no deben ingerir....
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